Maldito reloj.

Detente. Párate, por favor. Solo pido un poco, que la Tierra deje de girar y tú y yo podamos seguir ahí, sin tener que separarnos. Que no llegue ese maldito autobús y nos quedemos en cualquier lugar, juntos. Que tu mirada no deje de perseguir a la mía, que mi mano no suelte a la tuya, que descanse el miedo a recorrer el camino de vuelta por separado.
Sería fantástico no mirar el reloj, ni una sola vez, y que sus manecillas no sonasen, no retumbasen en mis oídos y no me arañaran el corazón. Ellas me alejan de ti, mientras ellas piensan que solo hacen su trabajo. Por eso quiero pararlas, por eso pararía todos los relojes que hiciese falta...
Tierra párate...